Se cumplió el primer día de la fiesta rock más grande de Latinoamérica. Todo un espacio de discusión y mucho cabeceo frente a lo que debe ser el festival y el rock como tal para todos en Colombia.
Jhon Fredy Nagles Soto
Colectivo LA ESCENA “oTrA cUlTuRa”
Especial Diario LA NACIÓN
Como las buenas entradas antes de una gran comida fue ayer, el primer día del Festival Rock al Parque en la ciudad de Bogotá; siempre dicen que ser los primeros no es muy bueno. Sin embargo, y pese a la fiebre mundialista que se vive por estos días, los metaleros de Colombia se cabecearon desde las 12:00 M a Withering Void y a la ya conocida por todos los brutaleros neivanos, Cuentos de Los Hermanos Grind en el Escenario Plaza.
Alterno estas dos primeras bandas, en el Escenario El Lago se presentaba la banda Fyhura de los exmiembros de Ethereal, los hermanos Sander y Reinel Bermudez, tocó a estilo de Gimena Granada, una bella y enérgica mujer que hizo vibrar a los pocos que habían llegado ya a la cita. Para hoy la asistencia, a pesar de algunas de las críticas que tuvo el cartel frente al ofrecido el año pasado en la versión 15, fue masiva: Algo más de 54 mil espectadores reportados oficialmente por el Observatorio de Cultura de Bogotá, según María Claudia Parias, directora de la Orquesta Filarmónica, entidad responsable del Festival.
LA PARTICIPACIÓN DE BANDAS EN EL FESTIVAL
En esta versión 2010, es la primera vez que abren un Comité Asesor en Rock al Parque en la que dan participación como asesores a algunos miembros de bandas importantes, melómanos rock y otros expertos para que den sus puntos de vista frente a las propuestas que responden a la convocatoria pública del Festival. En diálogo con LA NACIÓN, Cristian De La Espriella, vocalista de Pornomotora, y que hizo parte de este Comité, reconoce que hay una sutil preferencia que hacen de las bandas distritales frente a las nacionales, pues “se debe dar prioridad a las nacionales que apenas están comenzando”, afirmó.
A lo anterior, la Orquesta Filarmónica dice que para incluir participación en Rock al Parque de propuestas musicales que se dan en otras ciudades, el Festival articula trabajo con escenarios rock similares que se realizan en el país como Ibagué Ciudad Rock, Manizales Grita Rock y el Alta Voz de Medellín. Desde esta perspectiva, para los músicos que hay en Neiva es casi que imposible la participación en Rock al Parque o en otros escenarios similares pues la convocatoria se hace a las bandas que se han presentado en estos festivales, referenciados como de importantes y de mucha influencia nacional y, como Rock al Parque, Internacional. La figura a utilizar parea su participación es la de ser banda invitada.
En este orden de ideas, las bandas de Neiva se quedarían atrás pues Rock al Parque, el máximo escenario del rock en Latinoamérica, no reconoce en el Rock y Paz, que organiza la Secretaría de Cultura del Departamento del Huila, un referente junto a otros escenarios de muchísimas más relevancia como el Galeras Rock, organizado en Pasto, un municipio similar a Neiva. ¿Será que Neiva no tiene nivel para que una de sus agrupaciones escalone en el escenario nacional? ¿Qué hacer frente a las políticas que diseña el Departamento para hacer del rock una posibilidad de proyecto de vida para muchos de sus jóvenes?.
POLITICAS EN DETRIMENTO DEL TALENTO LOCAL
Otra de las reflexiones que hacía el músico De La Espriella era lo del pago: “A cada banda le pagan de un millón cien a millón novecientos mil pesos de acuerdo a la cantidad de integrantes. Pero yo pienso que debe ser mas pues eso no alcanza, la industria de la música es muy costosa”. Casi lo mismo acontece en Neiva solo que pagan más barato y un solo costo sin importar el número de integrante por banda.
En la versión 2008, a las bandas del Rock y Paz se les pagó casi un millón de pesos; en el 2009, ochocientos mil. Este año, bajó a la módica suma de seiscientos mil pesos. De seguir así, llegarán tiempos en los que las bandas le queden, más bien, debiendo al Departamento. ¿Cuál es el meollo del asunto?
En rueda de prensa, Witchhammer, baterista de Witchtrap de Medellín, tocó el tema de la industria cultural y el papel de la empresa privada y el Estado frente a la cultura rock: “Lo primero que se debe entender es que el rock como cultura, debe ser entendido como negocio y que es productivo, es decir, ustedes ven un festival como el Alta Voz de Medellín, ve que está lleno, que todo el mundo se lo goza, lo mismo Rock al parque o como el Manizales Grita Rock, son escenarios que llega mucha gente, por tanto es una cultura que la sigue muchos jóvenes”. En este orden de ideas, para productores, diseñadores, los medios de comunicación, la academia y el Estado deben asumir el Rock como negocio para los primeros y como tema de investigación y de política pública para los últimos de una manera más seria.
De igual manera, Bernardo García, guitarrista de Soulburner de Bogotá, resalto la importancia de apoyar, como lo vienen haciendo muchos sectores en Colombia, a la cultura tradicional y las músicas y ritmos propios de los pueblos que integran esa multiculturalidad nacional, como el Festival del Joropo en Villavicencio, el Festival Folclorico y Reinado Nacional del Bambuco en Neiva o el Festival de la Leyenda Vallenata en Valledupar. Pero hay otras personas, los jóvenes sobre todo, que buscan, en esa multiculturalidad, otros escenarios, otras estéticas a las cuales tienen derecho; y agrega que “debe ser posible que así como los artistas del vallenato viven de su música, un músico de metal también debería vivir de la suya. Así como Juanes tiene cualquier tipo de apoyos por la música que él hace, nosotros los músicos del metal también deberíamos recibirlo”.
Este fue uno de los puntos que cruzaron en entrevista algunos de los artistas que en Rock al Parque tuvieron su grata presentación y que, al igual que muchos en Colombia, reflexionaron sobre el acontecer del rock y el metal colombiano.
EL CIERRE A RITMO SAMAÉLICO
Como la comida selecta en todo acto importante, el cierre debe ser tan brillante como su entrada. El postre de entrada las 9:00 de la noche la protagonizaron los hermanos Michael ‘Vorph’ y Alexandre ‘Xy’ Locher de la banda suiza Samaél.
Luego de sus 9 discos y un DVD con lo mejor se sus tres tours en Europa en 1994, 1996 y 2002, llegan con un sonido mas atmosférico, atreviéndose a mezclar la música electrónica con los sonidos propios del black metal. Sobre su nuevo álbum, titulado Above, habló Vorphalack, guitarrista y vocalista de Samaél: “Inicialmente era un proyecto aparte de Samaél y cuando lo terminamos decidimos lanzarlo como trabajo de Samaél. Sobre las líricas de éste trabajo, puedo decirles que es muy parecido a las de los tres álbumes anteriores”.
El metal y, en general, el rock son músicas que podrían aportar muchos dividendos y otras alternativas culturales a Latinoamérica. Así lo expresó Masmíseim, bajista de la banda: “Vemos que el metal está creciendo muchísimo frente a Europa. El mercado deben apoyarse mucho más”.
Desde aquí en Latinoamérica como en el resto del mundo ven en el rock colombiano un gran potencial frente a lo ofrecido en otros lugares. Por tanto, Rock al Parque continuará fortaleciendo el rock y generando polémicas también. ¡¡¡Nos vemos en el siguiente toque!!! LA ESCENA/PRENSA.
0 comentarios:
Publicar un comentario