Redacción EL ESPECTADOR
Slayer, como pocas bandas en su género, conserva la esencia después de tantos años de trayectoria. Este martes en la noche su agresivo sonido, el de siempre, sacudió alrededor de casi 5.000 ‘almas’ que asistieron al Palacio de los Deportes de Bogotá.
Habían pasado cinco años desde que se presentó, en este mismo escenario,la banda insignia del thrash metal.
Fotografía: Juan Diego Cano, reportero gráfico, Casa Editorial El Tiempo.
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Hacia las 7:00 la banda telonera de la noche Hybrid Minds hizo su presentación.
Sobre las 8:00 de la noche, el cuarteto de 'asesinos' de California apareció en el escenario para iniciarla destrucción musical con “World Painted Blood”,canción de su más reciente álbum y el nombre que eligieron para su actual gira por Latinoamérica.
A lo largo de hora y media de concierto la voz de Tom Araya, la maniática guitarra de Kerry King, la demencial batería de Dave Lombardo y la virtuosa guitarra de Gary Holt (de Exodus) sacudieron con ferocidad la ‘escena’ metalera bogotana.
Entre canción y canción, este cuarteto de ‘maniáticos’ iba desprendiendo, casi sin ningún esfuerzo, canciones de su nuevo álbum e himnos de casi tres generaciones como “War Ensamble”, “The Antichrist”, “Postmortem”, “Mandatory Suicide”, “Dead Skin Mask” “Chemical Warfare” y "Seasons In The Abyss”.
Y aunque el motivo de la gira en esta parte del mundo era su más reciente producción "World painted blood", la banda 'asesina' del 'thrash' siempre entonará sus inmortales himnos para la ‘escena metalera’ mundial.
Como ya es costumbre, Slayer guardó lo mejor de su arsenal para el final. Por eso cuando los ‘riff’ melódicos de “South of Heaven” sonaron, la multitud intuyó lo que se venía y estalló en éxtasis. Luego, dos de los temas más esperados de la noche: “Raining Blood” y‘”Black Magic”. Y aunque no llovió sangre como en su famoso DVD, “Still Reigning”, bastó para desatar aun más la furia y el instinto ‘asesino’ de la multitud que se encargó de llevar al clímax ‘el pogo’.
Y para cerrar, no podía ser de otra forma que con el grito demencial de Araya al escupir con todo su odio la primera frase (¡Auschtwitz, the meaning of pain!) del tema “Angel of Death".
Este martes en la noche, quedó claro que Slayer no necesita demostrarle nada a nadie. El libreto lo conocen de memoria. Su 'show' consiste en subir al escenario y escupir frases y notas llenas de dolor y odio. Así, fueron despachando uno por uno los más de 20 temas de su repertorio, de la misma manera que lo hicieron en Chile, Argentina, Brasil y Perú.
A la banda californiana no le interesa adornar su espectáculo con una puesta en escena excéntrica. La tienen clara, es thrash de la 'vieja guardia'. Y su fórmula les ha funcionado durante más de 25 años.
Los disturbios de siempre…
Como ya es costumbre en eventos de este calibre, mientras transcurría el concierto en el Palacio de los Deportes, afuera, varios jóvenes, quienes intentaban ingresar sin boleta al evento, se enfrentaban al Escuadrón Móvil Antidisturbios (Esmad) de la Policía. Las autoridades acordonaron la zona y cerraron la calle 63, por lo que los vehículos fueron desviados durante algunos minutos, por la carrera 68 y la carrera 50. Al término del concierto la situación estaba completamente controlada.