COLERES VIVOS SE VIERON CON EL REGGAE EN ROCK AL PARQUE 2012

Tras la oscuridad y las sombras que describe el metal llegan los rayos de luz que adornan la maravillosas horas de reggae en el Festival Rock al Parque 2012.

EL ROCK EN BOGOTÁ LE DICE NO AL QUIMBO

Una ruta fotográfica por algunas de las bandas que compartieron con el equipo periodístico de LA ESCENA su particular mirada sobre lo acontecido en el Huila con la represa El Quimbo.

CON CHARLY GARCÍA CERRÓ ROCK AL PARQUE 2012

Con muchos más años y la pesadez de una regular salud, se le vio anoche a Charly García durante su presentación de cierre de la versión XVIII de Rock al Parque en Bogotá.

DEL CONTENIDO Y LA IDEOLOGÍA EN EL METAL, REFLEXIONES DURANTE PRIMER DÍA DE ROCK AL PARQUE 2012

Movilización social, derecho a la vida, satanismo y identidad cultural fueron algunos de los temas encausados por algunas bandas de metal durante el primer día de Rock al Parque.

EL PUNK EN FLORENCIA: RELATOS DE AYER DE UN SUEÑO POR CONSOLIDAR.

La historia del punk en Florencia está escrita en los sentires de los “parceros” quienes lo vivieron, en las cicatrices de quienes poguearon con demencia la estética que, además de música y cultura, es una forma de asumirla ciudad.

LA CULTURA METAL EN FLORENCIA. SONIDOS DIFERENTES, CIUDAD ALTERNA.

A Colombia las guitarras sucias llegaron en los 80’s. Solo hasta mediados de los 90’s con la apertura de la carretera Caquetá - Huila, el metal taladró la mente de almas ansiosas de “otra Florencia”.

miércoles, 5 de marzo de 2008

UNA NOCHE CON IRON MAIDEN

No importó el hambre, el trasnocho ni la deficiente logística. El concierto del jueves de la agrupación británica pasará a la historia como uno de los mejores que se ha presenciado en el país. Crónica de un fanático.

Por Camilo Andrés Amaya
Febrero 29 de 2008.

Lo que separa a un buen concierto de rock de uno memorable no se mide por la calidad del sonido, ni de las luces y, ni siquiera, por la buena organización. Aunque todo eso ayuda, por supuesto, lo que hace a un concierto verdaderamente histórico es la entrega de la banda y también la del público. Por eso, no hay duda de que del concierto de Iron Maiden se hablará por mucho tiempo. La ‘Doncella de Hierro’ es una leyenda y como tal fue recibido. Miles de fanáticos se instalaron en carpas hasta seis días antes afuera del Parque Simón Bolívar, con la esperanza de entrar primero y quedarse con las mejores ubicaciones. Incluso hubo quienes a falta de carpa no tuvieron problema en dormir envueltos en plásticos a temperaturas cercanas a los 5 grados centígrados en la madrugada. En la mañana muchos iban a cambiarse de ropa a sus casas para ir al trabajo, después de recibir el relevo del turno. También hubo quienes hicieron viajes heroicos de hasta 18 horas en bus solo para llegar a acomodarse, de a tres o cuatro, en una “suite” de lona de dos por dos metros. Vinieron de Medellín, Armenia, Cali, Pasto... de todos los rincones de país. Y de afuera, porque también hubo gente de Venezuela, Perú y Ecuador, lugares que no están incluidos en la gira.

El concierto de la 'Doncella de Hierro' empezó teniendo como telón de fondo la portada del disco Powerslave. Los telones fueron cambiando según la canción. Foto: Adrian Prada/ Evenpro

En las afueras del Parque Simón Bolívar un grupo de personas que quería entrar gratis se enfrentó con la policía. Aunque ésta pudo dispersarlos, siete personas sufrieron heridas menores y varias de las rejas que rodean el parque fueron tumbadas. Al final 18 fueron retenidos, pero muchos lograron meterse. Personas que sí tenían sus boletas se quedaron por fuera. Foto: Guillermo Torres / Semana
No faltó el que no pudo obtener permiso en el trabajo para ir al concierto y, sin pensarlo mucho, decidió establecer prioridades y renunciar bajo la premisa de que el trabajo se consigue con algo de empeño. Fueron verdaderos héroes. El miércoles a las 12 de la noche a la empresa de logística se le ocurrió la genial idea de hacer levantar las carpas para que la gente ingresara al primer anillo de seguridad. El resultado es que por el mismo precio de la boleta, unas dos mil personas recibieron un curso de indigencia. Terminaron durmiendo en el piso, tiritando del frío, sin comida y, para rematar, sin baño, porque a la logística no le pareció necesario, ya que solo iban a ser 12 horitas de espera. Esto en la boleta de platino –la más cara-, por lo que puede imaginarse que en preferencia, en donde la gente acampando era más del doble, las cosas tuvieron que ir peor. Al otro día, quienes llegaron tarde, después de bañarse y dormir en sus casas entraron tranquilamente y pudieron estar más adelante que los mártires de las tiendas, que cuando entraron eran unos despojos de personas quemados por el frío o por el sol y con los ojos rojos después de una noche de perros. Pero el sacrificio fue justo. Si el cantante de la banda lleva un mes bajándose del escenario para pilotear él mismo el avión que los ha llevado desde Asia hasta América, por qué no aguantar un poco de incomodidad. Para rematar, a las cuatro de la tarde se desgajó un aguacero, con granizo incluido, que aumentó las penurias de los ya desgastados fanáticos. Un vapor de olores poco recomendables se tomó el recinto pero eso tampoco importó. Como los soldados que hacen la guardia en el palacio de Buckinham, todos aguantaron sin inmutarse el chaparrón. Para comprender la reverencia de los fanáticos de este grupo, se puede decir que uno de los teloneros –el otro fue la muy buena banda nacional Instrospección- fue Lauren Harris, la hija de Steve Harris, bajista y fundador de la banda. El público metalero, tan dado a chiflar y abuchear a todo le que no es de su gusto, aplaudió a la joven cantante de pop aunque su música no les gustara para nada. Cuando alguien le preguntó a un personaje, que durante horas había estado gritándoles barbaridades a todas las personas que se cruzaban por el escenario, por qué ahora no decía nada, se limitó a responder: “¿nooo, es que es la hija de Harris?” La recompensa llegó sobre las ocho de la noche. Las luces se apagaron y cayó el telón que cubría el escenario principal. En todo el parque retumbó el discurso de Winston Churchill “We shall fight them on the beaches” –los combatiremos en las playas- que hacía parte del disco Live after death, de 1985, que le dio paso a Aces High, la primera canción del espectáculo. En ese momento el cansancio y el entumecimiento le dieron paso al éxtasis colectivo. El tan esperado grito de ¡Scream for me Bogotá! por fin se escuchó en vivo y la leyenda tantas veces vista en las pantallas de televisión estaba ahí en carne y hueso. Algunos de quienes los habían esperado por 28 años y creyeron que se iban a morir sin verlos derramaron una que otra lágrima de emoción. Cuando sonó The Trooper, El Simón Bolívar ya era una coordinada marea de personas yendo y viniendo al ritmo de la música y los empujones. La emoción llegó a uno de sus puntos más altos cuando Bruce Dickinson hizo subir al escenario una gigantesca bandera de Colombia marcada con el nombre del grupo, que había sido llevada por los fanáticos, y dijo que era la mejor que había visto durante la gira. Lo que hizo a este concierto especial fue que sin importar que el grupo llevaba un mes de gira, repitiendo desde Mumbay hasta San José de Costa rica el mismo listado de canciones, Iron Maiden hizo sentir a los colombianos que habían sido importantes y únicos dentro del tour. Dickinson hizo referencia al vuelo del cóndor de Colombia para compararlo con el del albatroz de Rime of the ancient mariner, y se vio emocionado cuando habló de la gente que había pasado noches en carpas esperándolos. Aparte de prometer otro concierto en el país, aún más grande, el verdadero desagravio para los sufridos fans fue ver a los seis integrantes de la banda poderosos y coordinados como el ejército inglés al que tanto le cantan. La Doncella demostró que no es una banda en retirada ni de esas que hacen conciertos lastimeros para financiarse después de sus carreras. El respeto hacia el público quedó plasmado en un sonido perfecto, un escenario de dos pisos con plataformas poco vistas por estos lares, telones de fondo corredizos con la imagen de Eddy (personaje que ilustra sus discos), y hasta un robot de tres metros del mismo Eddy que se paseó por la tarima. Para cuando sonó Hallowed be the name, la última canción, a todo el mundo se le había olvidado el tansnocho, el hambre y la mojada. No importó el mercado negro de boletas que hubo, la pésima organización de la empresa de logística 911, el grupo desadapatados que se coló y provocó desmanes, ni que en las pantallas de preferencia no se viera nada. Lo importante es que Bogotá hizo parte de la historia y que en algunos años muchos les dirán a sus hijos con orgullo: “yo estuve ahí”.

sábado, 1 de marzo de 2008

MAIDEN CUMPLIÓ Y EL ROCK MOSTRÓ SU PODER EN BOGOTÁ

Tomado de Iron Maiden Colombia
COLOMBIA, THE DREAM IS TRUE!

La música entraba placenteramente entre mis oídos, mi voz salía ahogada y mis ojos se regocijaban, todos mis sentidos en conjunto envíaban emociones desesperadas y confusas a mi cerebro: estaba viendo a Iron Maiden.Hacía mucho que yo sabía de la venida de Iron Maiden, ya mucha gente cercana a los empresarios me lo habían comentado, pero sólo lo creí hasta que conocí a alguien de Evenpro en un bar de chapinero, que me detalló todos los pormenores de como sería ese magnífico día.Desde esa noche todo ha sido maratónico, resistirnos para no dar la noticia antes de tiempo, enviar información continuamente a mi compañero en EE.UU. trabajar incansablemente, luchar por una boleta en platino...Días de espera, toques en bares, el concurso de "The trooper", días de espera, la ansiedad, y sobre todo, muchísimos días de espera, que tras cada noche era uno menos. Hasta que el sueño fue real.

WE CAN WAIT WITH MADNESS!!!

Ante ojos atónitos de gente ajena al tema, los mechudos, cual gitanos, se fueron posando uno tras de otro mientras construían lo que en los siguientes 5 días sería lo más parecido a un hogar. Numerándose las carpas sobrepasaron fácilmente las 500 en zona de Preferencial, mientras en Platino no se quedaban atrás. Acompañados de muchas cobijas, guitarras, pasión y mucha paciencia los fanáticos de Iron Maiden en Colombia hacían historia desde ese instante. Poco a poco el Simon Bolívar se convirtió en una sucursal de toda Colombia, gente de Pasto, Cali, B/manga, B/quilla y hasta de Putumayo se hacían presentes, eso sin dejar atrás a la gente que vino de las hermanas naciones. Nada de racismo, nada de odios, nada de xenofobias. Todos compartían unidos su estadía en los fríos andenes de la horriblemente fría noche bogotana, mitigándo el cansancio con cigarros, algo de aguardiente y sobre todo, mucho, mucho amor por esto tan bello que es el Heavy metal y su hijo aventajado, Iron Maiden.

EL DÍA HABÍA LLEGADO

A pesar de que yo estuve haciendo relevos y apoyando en la carpa #110 y #111 en Platino, la noche anterior al concierto me fuí para mi casa, dado que tuve alguna ventaja a la hora de entrar.Intenté descansar lo máximo posible, y el despertador me hacía entender que habían llegado las 10 de la mañana, con una nota recordatoria "el día mas importante de mi vida". Bañarse, alistarse, almorzar, coger un lento bus y soportar algunas miradas que seguían sin entender porque tanta parafernalia."mire mija, eso's lo que yo le decía, todos esos gamberros ahí, no darles pena" comentaba una vieja con cara de tener esposo de bigote ranchero y que no la ha tocado en toda la última decada.Parecíera increíble, pero de repente todos los medios se convirtieron expertos en Iron Maiden, y esos medios de información, creados para desinformar, efectivamente desinformaban. En RCN hablaban que la fila era para conseguir una boleta, cuando hacía mucho ya estaban agotadas. En alguna emisora tenían la desfachatez de equiparar a Wilfrido Vargas con Iron Maiden; la ignorancia es totalmente atrevida, y nosotros sometidos a estos medios masivos e ignorantes.Cuando llegué, eran cerca de las 2:30 de la tarde. La fila de preferencial le daba una vuelta entera al parque. Todos, uno tras de otro, seguían aguardando pacientemente, esperando el turno para ingresar.Ya una vez adentro la cosa era diferente. Las personas que acamparon lograron acercarse más hacia la baranda, los demás empujaban, se dirigían a los puestos de comida exageradamente costosa o a los baños. La lluvia, infaltable confidente y enemiga del rockero bogotano, se volvió a hacer presente, como para no perder la tradición. Llegué a asustarme en el momento en que ví que algunos granos de hielo empezaban a caer precipitadamente sobre nuestras cabezas, recordé inmediatamente el 3 de noviembre pasado (día de una horrible granizada) y suplicaba en voz baja a Dios, que por favor, detuviera esa lluvia. No quiere decir que me haya escuchado, pero algunos minutos después la lluvia cesó, e Introspección, la banda telonera, ya casi hacía su aparcición en escena.Debo decir que en esta semana anterior a Iron Maiden he tenido la mayor cantidad de Déja-vú que nunca haya tenido. El poder de Maiden me había sugestionado. Los había soñado tocando en la cancha de micro de mi barrio, tocando Run to the hills en el coliseo de mi viejo colegio o en una pesadilla, donde suponiendo que los había ido a ver, terminé viendo un video concierto. Pero esta vez era más que un sueño, era real, totalmente real, aunque fuera una experiencia totalmente fuera de lo común.

INTROSPECCIÓN Y LAUREN

Introspección salió a escena, y me pareció que hubo algo de resistencia de la gente. ¿Para juzgarlos? Realmente el día más esperado por ellos se redujo a un par de canciones, que además tuvieron mal sonido. Si, sólo tocaron dos canciones."Buenas noches Colombia" gritó Lauren Harris cuando salió a escena. Muy bella, como siempre, salió a batirse frente al exigente público colombiano. Si no salió chiflada fue por respeto a su padre. Puede que musicalmente su idea no esté errada, pero obviamente no era el gusto de los 45 mil asistentes al Simón Bolívar.De Lauren Harris hay que abonarle que tiene algo de buena voz, que es bellísima y que es hija de Steve Harris.

BUT WE'LL NEVER SURRENDER

Ya salida Lauren del escenario todos solo pensábamos en Iron Maiden. Pasaban canciones y canciones, y yo ya empezaba a ponerme ansioso, ansiedad que tanto había controlado. Busqué acercarme más a ellos, más cerca, quería ver todo, no perderme nada, cuando en medio del desespero empiezan unas notas conocidas, era "Doctor doctor" de UFO, la antesala al show de Iron Maiden, luego unas noticas de "transylvania" mientras algunas imágenes de la gira se proyectaban por las pantallas, cuando por fin se escucha la ya legendaria voz de sir Winston Churchill; momento propicio para pensar en tantas cosas, la novia no presente, la gente acampando, 5 años de labor con esta página, la guerra en Colombia, el concierto de Iron Maiden, es cierto, EL CONCIERTO DE IRON MAIDEN, ahí estaba yo mientras unas notas pregrabadas de Aces high despertaban la locura acumulada durante tantos años de espera...

SET LIST

1. Aces high2. 2 minutes t midnight3. Revelations4. The Trooper5. The number of the beast6. Wasted years7. Can I play with madness8. Rime of the ancient mariner9. Powerslave10. Run to the hills11. Heaven can wait12. Fear of the dark13. Iron Maiden(Encore)14. Moonchild15. The clairvoyant16. hallowed be thy name

SCREAM FOR ME BOGOTÁ!

Aunque el sonido no fue el mejor empezando, la gente le puso su "sabor". Aces High abría el concierto de Iron Maiden en Colombia, mientras 45 mil personas intentaban corear en inglés. Empujando de lado a lado, una canción que siempre ha sido percibida en la escena colombiana como una de las favoritas, al igual que el resto de la gira, forma acertada de comenzar el concierto, dando paso a otra canción de 1984. El sonido no había mejorado, pero igual así estaba bien. "Scream for me Bogotaaaa! SCream for me Bogota! 2 minutes to midnight" Con una versión muy cercana a la que interpretaron en Rock in Rio, con un Nicko que volaba en esos bombos, ya habían logrado hacía mucho tiempo marcar historia en los colombianos asistentes, ahora era turno de los colombianos."Oh mierda, esta es la bandera más grande que jamás haya visto" decía Bruce Dickinson cuando los muchachos abrieron esa obra majestuosa. "Voy a mirar si la podemos extender acá arriba para taparle la fea cara a Nicko" seguía bromeando Dickinson mientras la gente vociferaba al unísono el nombre de la banda que los estaba llevando a la demencia. "hoy estamos haciendo historia, gracias Colombia". La bandera tenía 30 metros de largo por 6 de ancho, toda hecha por el señor Avilán, que merece un gigantezco reconocimiento por esta obra, e igualmente a la gente que lo apoyó con sus aportes.
Un momento increíble en donde la banda se compenetró totalemente con el público, hasta el punto que se le cantó el Happy Birthday a Adrian Smith (cumplía el 27 de febrero) que lo recibió con una sonrisa y una venia; este ya era el concierto más emotivo de toda la gira.Inmensamente agradecido con Colombia, Bruce Dickinson, que no paró de elogiar a Colombia, nos hace un bellísimo regalo, una canción extraída de mis favoritas, Revelations. Ya con el sonido totalmente acomodado, una instrumentación perfecta, por fin se le pudo escuchar la potente voz a Sir Dickinson en todo su esplendor. Todo para seguir con un clásico total, The trooper. Ya para este momento sir Dickinson se mostraba algo afectado por la altura, y porque además estaba entregando el 100% de su ser a esta presentación. Se había robado toda la atención, todos los flashes lo iluminaban a él, todas las miradas estaban fijas en él mientras él ondeaba la bandera británica, como ya es un rito en esta canción.

AND I'LL MAKE YOUR BODY, COLOMBIA, BURN

Con la emoción al tope, a duras penas recuerdo pasajes de la canción ícono de esta banda. El intro característico, la voz de Dickinson como si estuviera en estudio, y la alegría de la gente que gritaba a toda voz los tres dígitos de la bestia. Terminado este clásico, sir Dickinson se disculpa por estos 20 años desperdiciados sin venir a Colombia, y obviamente, dando paso a Wasted years. El maestro Adrian Smith se paseaba por el frente de la tarima, y turnaba la guitarra líder con los coros, mientras los 45 mil espectadores cantaban a toda voz. Se venía un conteo en la voz de Dickinson para darle paso a "Can I play with madness". La locura era lo más parecido a lo que estaba sucediendo en ese lugar, cuando la gente saltaba incansablemente. No tuve tiempo nisiquiera para recordar que empecé escuchando Iron Maiden precisamente gracias a esta canción y el resto de las que están contenidas en el Seventh son. Dickinson habló sobre los condor, e hizo un símil entre el condor y el albatros. Dijo que era una canción inspirada en el poema de Colleridge, y que en cierta forma, este poema había sido una profecía porque ahora nos dábamos cuenta como la naturaleza cobraba todo... "The rime of the ancient mariner!" era el momento para que la mayoría de la gente descansara y tomara algo de aire, pero no para mí, que siemrpe he considerado esta canción como una de mis favoritas. No importa que dure 14 minutos, me la sé toda y la gocé como nunca. Siempre creí que durante mi primer concierto de Iron Maiden me pondría a llorar, pero nunca sucedió, nisiquiera cuando el escenario se llenó de humo ni cuando los punteos esquizofrénicos de Murray hacían de esta canción el momento más lindo del concierto. Simplemente no lloré porque estaba demasiado feliz, y cuando estoy feliz me duele llorar, así sea de alegría. Powerslave tocó las puertas de la perfección. Emuló el sonido perfecto de la grabación de estudio, aunque la voz de sir Dickinson me pareció mucho más grande que siempre, complementando así los 20 mejores minutos del concierto, y cerrando así el álbum de 1984.A pesar de que Run to the hills puede ser una canción conocidísima y la favorita de muchos, se nota que puede ser fácilmente reemplazada por cualquier otro clásico y que no haría falta. Me pareció sentir que esta fue la canción con la que la gente menos se compenetró, aunque igualmente la cantó. El que no pudo cantarla muy bien fue Bruce Dickinson, que durante el último coro intentó lanzar el grito y se quedó a la mitad, mientras hizo un rostro de ironía, le sonrió al público casi pidiendo excusas y justificando su falta vocal, para proseguir con el final de la canción, esta vez sí, con toda su voz al máximo.
Heaven can Wait seguía con el espectáculo, la gente la cantó, la saltó, y gozó con sus compatriotas afortunados que se subieron a cantar contiguos a Steve Harris. Las guitarras seguían de fondo, bastante armoniosas y coordinadas, mientras Janick Gers hacía pantominas, ante la mirada atenta de miles de personas que no querían perderse nada. La siguiente canción puede rozar con el cliché, con lo común, pero es un rito, y es la única canción que nada tiene que ver con la gira, dado que Fear of the dark es posterior al Seventh son of a seventh son. No la podían excluir en esta gira, porque es obligatorio que la toquen, así no entre en el concepto de la gira. De esa magnitud es esta canción, la más cantada por todos en esa fría pero grandiosa noche bogotana. imitando el ritmo de la guitarra con la voz, sir Dickinson dejo qeu casi todo el intro lo interpretara el público, que sin duda no decepcionó.Ya para el cerrar la primera parte del show se viene el himno de Iron Maiden, su canción homónima, que dada su rapidez, armó alguno que otro pogo. La gente extasiada estaba cuando en escena se aparece el cyborg Eddie, el único que vimos en toda la noche. Terminada esta canción, se retiran del escenario, mientras la gente coreaba el nombre de la banda a toda voz, ya casi el show llegaba a su final, y yo quería muchísimo más.

WHEN IT'S TIME TO SEE MAIDEN

Sir Dickinson saldría y presentaría a toda la banda. Luego, Dave Murray en su guitarra acústica daría inicio al intro de Moonchild, una canción que no todos conocían, pero que intentaron gozar. Aquí en esta canción Bruce Dickinson demostró su grandiosa voz, siendo una canción dificil de cantar, además de Dave Murray que interpretó perfectamente los solos. A propósito de Dave Murray, utilizó constantemente una pedalera, que daba doble sonido a su guitarra, tal vez para rendir tributo a ese álbum conocido como Somewhere in time.The clairvoyant puso a saltar a todos. El intro tradicional en bajo del grandioso Harris, que la cantó casi pegado al abismo de la tarima. Abajo, el aforo la cantó y la saltó, cuando ya el final se acercaba realmente.

SI EXISTE UN DIOS, PORQUE LOS DEJA IR

Hallowed be thy name es la canción preferida por todos los fanáticos de Iron Maiden. Tal vez por esto la eligieron para cerrar el show en esta gira. Que grandiosa interpretación, con un sir Dickinson regalándonos tremenda voz a pesar de la altura y la edad, y con los músicos conectando cada instrumento para alcanzar perfección. Se saltó, se cantó y hasta se bailó esta canción siguiendo las líneas de una especie de círculo, pero cuando llegó el final y la banda empezó a despedirse, la gente no lo podía creer, había visto a Iron Maiden y todo había pasado tan rápido y tan fugaz. Yo sé que todos querían muchísimo más, a pesar de las palabras de sir Dickinson asegurando su regreso a nuestro país. Había sido suficiente, pero había sido poco. Me alejé del sitio con la vaga sensación de no tener nada que hacer, con un cansancio profundo, que por fin la espera había terminado. Algo aburrido, hasta el punto que preferí no salir a tomar nada. Minutos después reaccioné, y sentí una gran alegría, al fin y al cabo, el sueño por el que tanto había dejado de soñar, se había vuelto realidad, y ya los había visto. El sueño había sido más que un sueño, había sido real. El sueño fue real.

HALLOWED BE YOUR NAME, MAIDEN

Desde el primer día de boleterías, se comprobó que Iron Maiden es toda una pasión, y que no haberlos traído anteriormente había sido un gran error por parte de los empresarios. Esa fila de carpas de gente que estoicamente derrotaba el frío jugando fuchi o arrunchándose unos con otros, eso fue la pasión de Iron Maiden, el intento de hacerse al mejor lugar para ver a la mejor banda. Fue el mejor concierto de la historia en Colombia, y la gente, con su comportamiento, con su alegría y su entrega, subliminalmente exigió su regreso a Colombia.

Muchísimas gracias a toda la gente que hizo todo esto posible, empezando por la gente de Evenpro, en cabeza de Juan Arbelaez, que se encargaron de montar un gran show sin excluir a las bandas colombianas, que se hicieron presentes en "The trooper", el concurso. A las bandas participantes en susocicho concurso, por despertar de manera anticipada la fiebre Maiden.Y por sobretodo, a las 44.999 personas con las que compartí el show de Iron Maiden. Gracias por hacer de esta semana un espacio lleno de convivencia, tolerancia y alegría, y por hacernos de esas dos horas las más especiales de nuestras vidas.

Y como no, a Iron Maiden.Iron Maiden, Santificado sea tu nombre...

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